Mahler, 4ª Sinfonia

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4ª Sinfonia de Mahler

(Bernstein) Wiener Philharmoniker








Gustav Mahler – Symphony No. 4 – 1 (1/2)
– Leonard Bernstein








Gustav Mahler – Symphony No. 4 – 1 (2/2)
– Leonard Bernstein







Gustav Mahler – Symphony No. 4 – 2 (1/1)
– Leonard Bernstein






Gustav Mahler – Symphony No. 4 – 3 (1/3)
– Leonard Bernstein






Gustav Mahler – Symphony No. 4 – 3 (2/3)
– Leonard Bernstein







Gustav Mahler – Symphony No. 4 – 3 (3/3)
– Leonard Bernstein







Gustav Mahler – Symphony No. 4 – 2 (1/1)
– Leonard Bernstein






sung by Edith Mathis





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Sinfonía Nº 4, Malher




Orquestación




Es una obra escrita para soprano y orquesta. Una verdadera excepción en la orquestación de Mahler, es que no se incluyan trombones (única sinfonía en la que ocurre esto) y que se trate de una orquesta de tamaño “normal”. La voz de la soprano no interviene más que en el último movimiento. En toda la obra destacan los arpegios y escalas de los violonchelos, del corno inglés y el clarinete bajo.



• Maderas: cuatro flautas (primera, tercera y cuarta dobladas por Piccolos 1 y 2), tres oboes (tercero doblado por un Corno Inglés), tres clarinetes (el primero y segundo doblados por un Clarinete en Mi bemol; el tercero, doblado por un Clarinete Bajo), tres fagots (el tercero dobla con un Contrafagot).

• Metales: cuatro trompas, tres trompetas.
• Timbales, Bombo, Platillos, Cascabeles, Triángulo, Tam-tam.
• Glockenspiel y Arpa.
• Cuerpo de Cuerdas común.
• Voces: Soprano solista.



Estreno


El estreno de la obra, bajo la dirección del compositor, tuvo lugar en Múnich el 25 de noviembre de 1901, con un éxito extremadamente pobre.



Armonía




Sus tonalidades son muy raras, empezando porque la música empieza con staccatos de la orquesta en fa# menor. El clarinete lleva posteriormente la tonalidad a sol mayor. Pero, ahí no queda todo. El segundo movimiento empieza en Sol menor para acabar en Do Mayor. El tercer movimiento empieza en Sol mayor, y de repente surge un corte, y un brusco cambio de tonalidad, Mi Mayor, tonalidad en la que acaba la obra. En ese sentido, es la única sinfonía de Mahler que va de más a menos, además de no presentar un claro desarrollo romántico. Sin embargo la pieza es toda una incógnita, ya que el cómo se van a desembarcar sus armonías son todo un misterio, y es un preludio a la música del siglo XX.




Movimientos





Una interpretación estándar de la obra completa lleva alrededor de cincuenta minutos, haciendo de esta una de las sinfonías más cortas de Mahler.
Consta de cuatro movimientos, y sus equivalencias con el italiano:
• Bedächtig, nicht eilen (Prudente, no acelerado)
• In gemächlicher Bewegung, ohne Hast' (Cómodamente impulsivo, sin prisa.)
• Ruhevoll, poco adagio (Tranquilo, poco adagio)
• Sehr behaglich (Muy cómodo)




Análisis





La música es lírica y cercana, en cuanto al estilo, a los "viejos y buenos tiempos de Mozart y Schubert" bien lejos de las composiciones más dramáticas que le son posteriores.




El primer movimiento hace oír campanillas y temas de carácter de danzas campesinas, si bien al final del desarrollo podemos escuchar la llamada de la trompeta del tema principal de la Quinta como un elemento de contraste y distorsión, con el que Mahler nos recuerda que no estamos oyendo una versión más moderna de una sinfonía de Haydn o de Eine kleine Nachtmusik.


El segundo movimiento, que hace las veces de Scherzo, es una "danza de la muerte" ternaria, en la que un violín afinado un tono más alto va desgranando los temas, con esa ironía y ese sarcasmo tan caros a Mahler. Tonalmente está fijado más o menos en Do menor, y el episodio que funciona como Trío, en Fa mayor, encomendado al clarinete y al fagot como instrumentos principales.


Con el adagio volvemos a la tónica. Es el movimiento que podemos referir a las "divinas larguras" de Schubert. De una gran amplitud, juega sobre todo sobre las cuerdas, contrariamente a las dos primeras partes. Se termina por un tutti, introduciendo el último movimiento vocal.



















El cuarto movimiento “Das himmlische Leben” (la Vida Celestial) se retoma del quinto lied del Des Knaben Wunderhorn escrito en 1892. Este movimiento debía formar parte, en un principio, de la tercera sinfonía (siendo éste un séptimo movimiento que luego fue suprimido). Mahler decidió, entonces, hacer de este el final de su cuarta sinfonía y concibió los tres primeros movimientos en función del que ya tenía. Su composición tuvo lugar durante las vacaciones del verano 1899, tomadas después de dos años de función como director de la ópera de Viena, puesto que le había impedido componer hasta entonces. Sólo reanudó los panoramas al verano 1900 y acabó entonces la división en el sorprendente tiempo de menos de tres semanas.


El texto del lied, cantado por una voz de soprano, enuncia los placeres gastronómicos del cielo. La orquesta termina por borrarse después de haber reanudado los temas campesinos del primer movimiento. Quizás el significado de la sinfonía sea el de que 50 minutos de sinfonía de los mortales no son nada al lado de dos minutos de sinfonía de los ángeles, por lo cual, la tonalidad principal de la sinfonía es de sol mayor, a excepción de la coda del final que está en mi mayor (la tonalidad del Paraíso para Mahler). Asimismo explica por qué casi toda la sinfonía es alegre y desenfadada mientras que la coda es tranquila y serena.